Deportivo Quito. Yo te quiero y te canto todavía

Entrevista a César Pardo

Muchos dicen que los seguidores del Deportivo Quito han ido desapareciendo. Sin embargo, los que asisten regularmente al Olímpico Atahualpa, cuando juega el cuadro de la Plaza del Teatro, saben que la hinchada azul grana crece a pesar de no ganar un campeonato desde el año de 1968.

Muchos se habrán alejado, es cierto. Pero el aliento que baja de la preferencia lo sienten los jugadores, incomoda a los contrarios y deja absortos a los hinchas visitantes. Esta debe ser una de las razones para que tantos desconfíen del fútbol. Porque rompe esquemas totalizadores. Porque el acumular es la tónica de la vida moderna y sería más lógico ser aficionado de un equipo que gane campeonatos y acumule títulos.

Desconfían, porque el sentimiento por la Academia del fútbol ecuatoriano es algo inexplicable que está latente. Porque la hinchada está volviendo. Porque son niños y niñas los que también, a todo pulmón, gritan: ¡Quito Corazón!

El alimento del pobre
César Pardo tiene autoridad para hablar de este deporte, que también es espectáculo. No sólo porque fue campeón nacional con el Deportivo Quito ni por ser en la actualidad comentarista deportivo. César Pardo Tiene autoridad por la pasión con la que habla al referirse sobre este juego tan popular, que lo define como el alimento del pobre.

Sus ojos azules brillan al hablar del balompié. Es la empresa más grande del mundo, asegura. “Genera millones y millones de dólares en todo el mundo”.

En nuestro diálogo, al lado de la cabina de radio La Red, en Quito, hace una pausa y pregunta: ¿Cuántas personas viven alrededor del fútbol? Miles, responde. “Los patrocinadores, los directivos, los jugadores, los periodistas y, los más importantes, los hinchas. Esas personas que encuentran una dieta semanal en el fútbol para tener alegría”. Ahí radica la importancia de este deporte, afirma con tal énfasis, que pocos lo discutirían. “El fútbol cumple una función desestrezante. Es una válvula de escape para un mundo tan competitivo y violento”.

¿Por qué el Deportivo Quito?
Para el ‘Loco’ Pardo, como lo llamaban en su época de futbolista, es simple la respuesta de por qué un equipo y no otro. “Porque el Deportivo Quito para esos hinchas, seguidores o aficionados que se apasionan por este equipo, es el azul y el rojo. No se puede ir en contra de los que visten los colores de tu ciudad . A tus hijos no les puedes decir : ¡ve esos del Quito. Qué feos los colores!”.

Pardo afirma que para el Quito no es indispensable un título. “Es lo que se quiere, mas no afecta. Esas cosas les afectan a otros. Al Aucas, por ejemplo, que en su época fue el equipo de mayor convocatoria. Hoy lo es la Liga y eso es por los títulos, por la infraestructura que tiene.” Mientras habla, parece recordar las épocas gloriosas de los equipos del 64 y del 68 con los que, siendo puntero izquierdo, dio la vuelta y fue campeón con el cuadro ‘Chulla’. “A ‘La Academia’ se le quiere con el corazón. Es un equipo que se mete muy hondo”, enfatiza.

El ‘Equipo de la Ciudad’ tiene una camiseta pegajosa y el del Quito es querendón, afirma, al tiempo que alza la voz, levanta la mano y dice: ‘¡Quito Corazón!’. Sonríe. “Para ser hincha del Quito hay que tener dos corazones. Uno para vivir y otro para sufrir. En mi casa nunca sopa de cebolla porque para llorar basta el Quito” .

‘El Loco’ Pardo
Nunca jugué por hambre. Mis padres me dieron todo: casa, educación, comida. Jugaba por afición. Empecé en la escuela Espejo, luego en el colegio Benalcázar. Algunas selecciones juveniles, una preselección nacional. Jugué dos años en el América. Un día le hice dos goles a un equipo colombiano y me compró el Quito. En la Academia jugué ocho años seguidos. Fui Campeón Nacional. Un día le dije al ‘Trompudo’ Guerra que ya no podía seguir jugando, que era jefe de sección en el banco, y chao.

Después de 20 años regresé a comentar y fue porque un día, Alfonso Lazo Bermeo fue al banco. Yo era jefe de cuentas y me dice: “ vengo acá y usted en lugar de hablar de crédito me habla de fútbol. ¡Venga y dígales en la cara!”. Entonces fui a radio Quito.
Siempre les digo a los muchachos: “estudien” . De memoria hoy es muy difícil. La Red, la radio en la que hoy trabajo es la número uno en sintonía y gracias al trabajo de Alfonso Lazo jr. quien estudió cuatro años periodismo deportivo en la Argentina.

He sido futbolista, hincha y hoy comentarista. Me quedo con lo de futbolista. Cuando uno juega sólo existe la pelota y las ganas de jugar. Nunca jugar por cobrar un sueldo. Esos jugadores para mí no valen. Quería jugar en el exterior, en el Uruguay o en la Argentina. Pero era muy difícil. Estudiaba en la universidad y luego trabajé, al tiempo que jugaba.

He trabajado en la banca por 40 años. Pero nunca dejarán de escucharme hablar de fútbol, de cuando jugué contra un Botafogo, una selección de Argentina, un Atlético de Madrid. De cuando un día me dijeron que marcara a Garrincha, y yo les dije que no molesten, que me dejaran verle jugar. Y me sacaron del partido.

Qué más le puedo contar... El Quito se le pega a uno. ¿Por qué? ¡ Vaya a averiguar!


(Entrevista realizada en el 2000. Gracias César Pardo, desde donde esté hablando de fútbol y de nuestro querido Deportivo Quito)

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